Esta es una meditación que te resultará de ayuda si estás necesitando meditar a tu aire. Sin pautas ni guías, pero con la sensación de que hay alguien acompañándote. Esta meditación ofrece una breve pauta y un poema muy bonito a mitad de la práctica, para poder seguir en meditación mientras las palabras del poema siguen resonando internamente.
Práctica larga de 20 minutos que explora la mirada del observador o del testigo, como una opción para relacionarnos con más libertad y menos identificación con aquello que nos va sucediendo durante la meditación (y la vida).